El cambio, hemos leído muchas veces, es lo único constante. Y en el ambiente de los negocios no es la excepción.
Con los cierres anuales de resultados, las nuevas tendencias y las exigencias de los consumidores, pueden darse ocasiones donde las empresas, sin importar su tamaño, se vean en la necesidad de hacer cambios en su oferta de productos y servicios.
Para poder mantenerse a flote y rentables, las empresas requieren revisar muchos aspectos de su estructura.
Por ejemplo, ingresos por ventas, ganancias brutas y márgenes. Salud o dependencia en pocos productos o servicios de la cartera, impactos en los flujos de efectivo, frecuencia de recompras, valor estratégico, incluso complejidad en términos de tiempos, procesos o protocolos.
Sea cual sea la razón que lleve a los dueños de negocio a replantearse ajustar el portafolio de servicios, puede pasar que no sabemos por dónde empezar ese refresh, esa actualización.
Si ese es tu caso, te comparto tres fuentes confiables que pueden servir como base para empezar a pivotear hacia nuevos ofrecimientos, siempre, claro está, alineados a tu estrategia y misión comercial, pues no se trata de lanzar un nuevo producto o servicio porque sí.
Investigación de mercado y estudio del cliente.
Puede contratar o correr por sí mismo una investigación de mercado para conocer las tendencias actuales, las necesidades de los clientes y los espacios que el mercado ha dejado sin ofrecimiento (para luego aprovechar esas brechas).
Cuando decimos estudio de mercado suena a algo muy complejo, ¿cierto? En realidad, no lo es tanto.
Puede hacer encuestas, o focus groups con clientes importantes, así como análisis vía redes sociales para recopilar información de su público objetivo.
¿Cuáles cree son los puntos débiles que su empresa podría satisfacer? ¿Qué están demandando los clientes que nadie está sabiendo ofertar?
Puedes hacer las encuestas vía telefónica, por email, y si son cortas pueden hacer una o dos preguntas el momento del pago en tienda.
También puede incentivar la participación con cupones, acceso a productos especiales, o a ser el primero en probar el nuevo ofrecimiento.
Una vez tiene toda esa información se requiere tabulación y análisis. Una forma sencilla de hacer una investigación de mercado por cuenta propia.
Innovación en casa y lluvias de ideas.
El equipo de trabajo es uno de los recursos más valiosos a la hora de pensar en nuevos ofrecimientos, pues son ellos quienes están cerca al cliente y pueden conocer sus dolores.
Incentiva a tu equipo a participar en sesiones de creación, escúchalos, y propicia espacios para proponer nuevas ideas y soluciones.
Una buena forma de conseguir buenas ideas es mezclar a personal de distintas áreas para crear equipos multifuncionales, que vean las situaciones desde distintas perspectivas y generen así prototipos únicos.
Casi siempre, las mejores ideas, provienen de dentro de la organización. Propicia una cultura de innovación y escucha, y verás como convierte a su equipo en un escuadrón de creadores.
Colaboración y asociaciones.
Ningún negocio subsiste sin la interdependencia con otros, por lo tanto, colaborar con otras empresas, como proveedores, distribuidores, empresas de industrias similares o complementarias, es también una buena fuente de ideas.
Cuando trabajan en conjunto las empresas pueden co-crear, combinar recursos y experiencia para concebir nuevas ofertas. Y no solo eso, alianzas estratégicas con universidades, centros de investigación o empresas de tecnología son la sinergia perfecta para el desarrollo de nuevos productos y servicios.
Cualquiera sea el método que se utilice – o la combinación de ellos – no puede perderse el norte: el cliente + la viabilidad de mercado.
Nadie puede darse el lujo de generar una oferta innovadora, creativa y “fuera de la caja” si a nivel de negocio está destinada a morir poco después de ver la luz.
Por ejemplo, Twitter Peek (2009), un teléfono cuya única función era enviar y recibir tuits. ¿Cuál era el valor agregado frente a la oferta de nuevas aplicaciones o teléfonos de la época?
O el brillo de labios con sabor a Cheetos (2005) ¿A quién se le ocurre pensar que, porque existen ya protectores labiales con sabor a menta o cereza, la gente querrá uno con sabor a queso?
Siempre que se llegué a la idea o concepto, probar e iterar antes de lanzar por lo alto es un requisito. ¿Es esto algo que el mercado va a adoptar? ¿Escuché la voz de mi cliente objetivo?
Obtener retroalimentación en pruebas de concepto para refinar antes salir al mercado con lo definitivo es un paso obligatorio.
Finalmente, recuerda que no siempre más es mejor. Es clave seleccionar la mezcla perfecta de productos y servicios, y no pierdas de mira la estrategia.
Si necesitas ayuda escríbeme hoy mismo y conversamos. Recuerda que contamos con la experiencia y metodología adecuadas para conducir juntos a tu negocio al éxito.